domingo, febrero 19, 2006

Lo peor que le puede ocurrir a un escritor es que no se le ocurra nada.

Lolek

Lolek era un joven que se dedicó a buscar por mucho tiempo el significado de las cosas de la vida. Una tarde en que caminaba por una ciudad, que se encontraba en guerra, encontró a un joven de otra nación llamado Guisseppe. Lolek le dió refugio y le enseñó a leer y a escribir. Se hicieron muy buenos amigos. Una tarde Guisseppe le escribió unas letras a Lolek: “El mundo es hermoso cuando lo que se hace no tiene que ver con ideas, sino, con personas”.

(Tomado de "Lolek: el niño de las estrellas". Un escrito sin editar de mi autoria).

viernes, febrero 17, 2006

El entierro (Estampa)

“Se murió el defensor del jíbaro”, decían muchos. Sentado frente a la caja de imágenes que llenan las casas, y en vivo sin moverme del caserío, vi como la carreta del Josco, que ahora miraba y lloraba desde los cielos, era halada por dos bueyes que, junto a un pueblo cargando flores silvestres, caminaba por los adoquines del viejo San Juan. Sus hijos, la viuda y un pueblo lloraban la partida que, en sus estampas jíbaras describía el baquiné, sin imaginarse que el suyo sería igual. La bandera que, aunque no estaba a media asta en el país, sí lo estaba en el corazón y acompañaba al cuerpo a su morada final en manos de niños y jóvenes que aprendieron el pasado gracias al jíbaro nuestro. Peyo Mercé y Teyo García cargaban en brazos dos gallos, no para que cantaran las mañanitas en su cumpleaños, sino para que cantaran huecamente la partida del defensor del jíbaro. Las paredes del viejo San Juan y la vista del océano fueron fieles testigos de la entrada al aposento: el cementerio que guardaría sus restos mortales. El terrazo de los perros y el bagazo. Y habló el despedidor de duelos, don Procopio, que con su traje negro de fúnebre y sombrero de copa lloraba al defensor jíbaro. - Mi amigo me había anticipado en vida que yo me encargaría de despedir su duelo – se ahogaba en llanto y continuaba diciendo. – Don Abelardo murió físicamente, pero nunca espiritualmente en cada corazón de aquellos que amaron su apasionada obra y su trayectoria terrenal. El ataúd bajaba lento. La tarde caía. El mozambique volaba al horizonte. Un aplauso unísono sellaba el baquiné y a lo lejos Abelardo decía: “El que no defienda a nuestro jíbaro puertorriqueño se puede ir para las ventas del carajo...”

lunes, febrero 13, 2006

Carta del Gobernador

13 de febrero de 2006

Estimado ****** ****:
Gracias por haberte comunicado conmigo a través del correo electrónico de La Fortaleza. Agradezco las palabras de apoyo y solidaridad que me expresas, en especial, por tu confianza. Te felicito por este poema que creaste inspirado en la campaña de Navidad “Las Balas no van al cielo los niños si”.

Balas Ciudadanos como tú me motivan a continuar trabajando con toda mi energía y dedicación para alcanzar mi meta de mejorar la calidad de vida de Puerto Rico. Me alegra contar contigo en el Departamento de Educación.

Recibe un fuerte abrazo y el saludo afectuoso de Piti, Gabriela y Juan Carlos.

Cordialmente,
Aníbal Acevedo Vilá

(Nota: Cabe señalar que el señor Gobernador desconoce que no laboro para el Departamento de Educación de Puerto Rico. Esta carta es referente al poema "Demos un abrazo, no un balazo").

domingo, febrero 12, 2006

Amor

Amor es mirarte y desearte,

es hablar un minuto contigo.

Amor es de ti despedirse

pensando que al fin la suerte

habrá de reunirte conmigo…

para querernos hasta la muerte.

(Este poema fue escrito por mi señor
padre, Natividad de Jesús Maldonado
en la década de los años '70).

Demos un abrazo, no un balazo

Aquella noche en la que brillaba
fuertemente una estrella
anunciando la llegada del Rey de reyes,
subió un estruendo al cielo
haciendo que la misma se apagara.
Y cuando una pequeña criatura
salió al patio a ver que ocurría
bajó el estruendo
y cegó su aliento de vida.
Desde entonces, dos luceros,
no han vuelto a brillar
y las voces de esta islita,
con lágrimas de dolor,
se escucha que gritan:
Cambiemos las balas por abrazos,
Que ni un tiro suba al cielo
para luego bajar a tierra
a apagar inocentes vidas.
(29 Dic. 2005)