domingo, diciembre 10, 2006

El plan secreto

Lo tomó en sus manos y lo agitó hasta sacarle la mayor cantidad de hijos posibles. Los introdujo en las próximas victimas a las que les hizo la prueba vaginal. Estaba orgulloso de su gordo y largo instrumento. Me pregunto: ¿seremos hermanos?

miércoles, noviembre 22, 2006

Un poema en Chatñol

:-( ♥
(Un poema en chatñol)

Me e vlto :-(
Dsd q t prdi
Y c q nop pdo olvidart
Mucho – el ♥ q t di

1 ♥ q fue crsindo
Cmo 1 @};- n el dcierto
Y q fue marchitan2c
Cn el pazr dl timpo

T ♥ nin/a mia
Nunk lo duds
T ♥ nin/a mia
Cmo los 0:) a las nubes

(X Norman d gsus)


___________________________________


Triste amor
(Traducción)


Me he vuelto triste
Desde que te perdí
Y es que no puedo olvidarte,
Mucho menos el amor que te di.

Un amor que fue creciendo
Como una rosa en el desierto
Y que fue marchitándose
Con el pasar del tiempo.

Te amo niña mía
Nunca lo dudes.
Te amo niña mía
Como los ángeles a las nubes.

(Por Norman de Jesús)

sábado, noviembre 11, 2006

Un nuevo amigo (cuento)

Había una vez un pequeño niño que se llamaba Alex Torres. El se había mudado recientemente aquí a __________________. El sabía su nombre ya que cada mañana se miraba en el espejo y le preguntaba a su mamá cuál era su nombre.

A Alex le gustaba recoger su cuarto y tener todo muy limpio. El sabía que cada vez que jugaba con sus muñecos y carritos debía recogerlos todos y ponerlos en su lugar. Esta tarea era muy divertida, pues a veces cuando limpiaba, encontraba objetos que creía había desaparecido como por arte de magia.

A él, también le gustaba comer con sus papás en la mesa del comedor. Allí agarraba su tenedor y su cuchara y comía sin ayuda de los adultos. El era un niño grande que sabía alimentarse solito. A veces se ensuciaba su ropa, pero Alex sabía que eso era parte de seguir creciendo.

Alex quiere ser tu amigo y me pidió que te dijera un secreto, ¿quiéres saber cuál es? (Deje que su niño le diga que sí, y digale en el oído):

“Debes recoger tu cuarto siempre que juegues con tus cosas. Debes ayudar a tus papás en la limpieza de tu cuarto. A demás debes comerte toda la comida solito, pues así seguiras creciendo”.

Alex, también me dijo que te preguntara tu nombre y tus apellidos a ver cuánto tu sabes. Dime, ¿cuál es tu nombre? ______________ (Deje que su hijo le conteste), ¿cuáles son tus apellidos?

Alex dice que eres muy inteligente y está muy feliz, pues te sabes tu nombre completo. Ahora cuando alguien te pregunte podrás decirle que te llamas _____________________.

viernes, julio 14, 2006

Siete horas

Corrió sin detenerse ni mirar atrás. Dejando en las sombras de la noche a su verdugo. Dejando atrás su virginidad perdida en una sábana de fango y grama , y con la sola imagen del anillo en la mano del hombre que la había desgraciado. Sintió un escalofrío en la espalda que la hizo detenerse en seco.
Volvió al parque y se acostó en el mismo lugar. Ahora lleno de fango, grama, sangre y semen. Las imágenes de Sebastián, su novio de tantos años, aquel hombre bueno y sincero al hablar, hacian contraste con la repulsión de aquel hombre que la había abusado sin su consentimiento. Aquel que la había hecho suya a la fuerza y quebrantó la virginidad que tanto guardó para su hombre.
Morirse era la única solución. Sabía que era pecado tentar sobre su propia vida, pero mayor pecado era seguir sintiendo ese dolor que le desgarraba el alma. Sabía que si lo hacia Dios se lo perdonaría, pues tenía una razón de peso para poder morirse. “Perdoname, Dios mío”, se dijo a sí misma. “Perdoname, pero este es mi destino.”
Volvió a su casa. Entró por la puerta de atrás para que nadie la viera subir. Se despojó de sus ropas y las lavó en el lavamanos. Las tendió en el tubo de la cortina del baño. Le puso un abanico enfrente para que avanzaran a secarse.
Se bañó con mucho jabón. Usó mucho jabón tratando de borrar cualquier huella dejada por el verdugo. De vez en cuando escupía con asco.
Mientras se bañaba pensó en como morirse.
Podía bajar y sacar del escritorio de su padre el arma que guardaba como seguridad. Un disparo certero en la cabeza sería lo idóneo. Una muerte rápida y sin dolor. Pero, no. Las manos de seguro la traicionarían y podía ser que quedara en coma por el resto de su vida. Esto sería un sufrimiento para sus padres.
Podía cortarse las venas y morir desangrada. Lentamente. Total, que era sufrir un poco más, de todos modos aquello acabaría. Pero, no. La idea de un charco de sangre la hizo desistir. No quería echar aperder la alfombra persa que tanto le había costado.
¡Ahorcarse! Pero, no. Eso le iba a dejar una marca en el cuello y de algo estaba segura: quería verse bella en su velorio.
Salió del baño. Se vistió con una bata de seda pura y blanca. Se perfumó con su colonia favorita de jasmines. Vistió su cama con sábanas blancas y un enorme almohadón. Salió al patio y recogió dos rosas blancas. Las deshojó sobre la cama.
Bajó a la sala y dio las buenas noches. Un beso a su madre y otro a papá.
Tomó el frasco de pastillas Zanax y tomó trece de ellas. Echó el frasco vacio en el zafacón para no dejar regeros. Y se acostó en la cama a esperar. Pensaba: “será una muerte digna como las de las princesas de los cuentos de Disney.”
Todo se puso oscuro. El tiempo transcurrió.
Un susurro le hizo abrir los ojos. Su verdugo la levantó con un beso y con voz dulce le dijo: “Buenos días amor”. Miró el anillo en su mano. Una lágrima cayó al vacio mientras veía al fondo su vestido de novia.

martes, marzo 07, 2006

Junior, el pollito. (cuento infantil)

Había una vez un pollito llamado Junior. Junior quería conocer el mundo y le preguntó a su mamá Carmela.
- ¿Cómo es el mundo?
- Es grande.
- ¿Cómo puedo conocerlo?
- Tienes que viajar por los cielo y aprender a hablar inglés.
Junior se quedó pensativo. El quería conocer el mundo, pero no sabía hablar inglés. Así que decidió aprender. Le preguntó a su papá, el gallo.
- Tienes que estudiar mucho para aprender inglés. Con perseverancia lo lograras.
Junior se pasó noche y día leyendo libros que tenian que ver con el mundo. Escuchaba música en inglés y poco a poco aprendió a pronunciar algunas palabras.
Un día, Junior se montó en un avión. Desde el cielo vió el Malecón de Santa Isabel, El Yunque, El Morro y muchas otras maravillas de Puerto Rico.
Cuando llegaba a New York vió grandes edificios, la estatua de la Libertad, el puente de Brooklyn. Pero, la tierra de era de color blanco.
- ¿Por qué todo es blanco?
- Es la nieve. En invierno aquí hace mucho frío – le dijo una paloma que estaba junto a él.
Junior buscó refugio en una cueva. Allí conoció a muchos amigos: el señor búho, la señora lechuza y la señoita codorniz. Todos hablaban en inglés. Junior se sentía parte de su familia.
Junior les enseñó una canción en español. Es la canción que él y su padre cantaban todas las mañanas para saludar el sol:
- Cocoroco, brilla amigo sol.
- Cocoroco, que todos te quieren ver.
- Cocoroco, calienta nuestras casas.
- Cocoroco, cocoroco.
Junior se sentía triste. Extrañaba a sus padres y su país. Así que decidió volver a Puerto Rico. En el campo, cerca de las montañas, pero lo importante fue que conoció el mundo y aprendió a hablar inglés.

domingo, febrero 19, 2006

Lo peor que le puede ocurrir a un escritor es que no se le ocurra nada.

Lolek

Lolek era un joven que se dedicó a buscar por mucho tiempo el significado de las cosas de la vida. Una tarde en que caminaba por una ciudad, que se encontraba en guerra, encontró a un joven de otra nación llamado Guisseppe. Lolek le dió refugio y le enseñó a leer y a escribir. Se hicieron muy buenos amigos. Una tarde Guisseppe le escribió unas letras a Lolek: “El mundo es hermoso cuando lo que se hace no tiene que ver con ideas, sino, con personas”.

(Tomado de "Lolek: el niño de las estrellas". Un escrito sin editar de mi autoria).

viernes, febrero 17, 2006

El entierro (Estampa)

“Se murió el defensor del jíbaro”, decían muchos. Sentado frente a la caja de imágenes que llenan las casas, y en vivo sin moverme del caserío, vi como la carreta del Josco, que ahora miraba y lloraba desde los cielos, era halada por dos bueyes que, junto a un pueblo cargando flores silvestres, caminaba por los adoquines del viejo San Juan. Sus hijos, la viuda y un pueblo lloraban la partida que, en sus estampas jíbaras describía el baquiné, sin imaginarse que el suyo sería igual. La bandera que, aunque no estaba a media asta en el país, sí lo estaba en el corazón y acompañaba al cuerpo a su morada final en manos de niños y jóvenes que aprendieron el pasado gracias al jíbaro nuestro. Peyo Mercé y Teyo García cargaban en brazos dos gallos, no para que cantaran las mañanitas en su cumpleaños, sino para que cantaran huecamente la partida del defensor del jíbaro. Las paredes del viejo San Juan y la vista del océano fueron fieles testigos de la entrada al aposento: el cementerio que guardaría sus restos mortales. El terrazo de los perros y el bagazo. Y habló el despedidor de duelos, don Procopio, que con su traje negro de fúnebre y sombrero de copa lloraba al defensor jíbaro. - Mi amigo me había anticipado en vida que yo me encargaría de despedir su duelo – se ahogaba en llanto y continuaba diciendo. – Don Abelardo murió físicamente, pero nunca espiritualmente en cada corazón de aquellos que amaron su apasionada obra y su trayectoria terrenal. El ataúd bajaba lento. La tarde caía. El mozambique volaba al horizonte. Un aplauso unísono sellaba el baquiné y a lo lejos Abelardo decía: “El que no defienda a nuestro jíbaro puertorriqueño se puede ir para las ventas del carajo...”

lunes, febrero 13, 2006

Carta del Gobernador

13 de febrero de 2006

Estimado ****** ****:
Gracias por haberte comunicado conmigo a través del correo electrónico de La Fortaleza. Agradezco las palabras de apoyo y solidaridad que me expresas, en especial, por tu confianza. Te felicito por este poema que creaste inspirado en la campaña de Navidad “Las Balas no van al cielo los niños si”.

Balas Ciudadanos como tú me motivan a continuar trabajando con toda mi energía y dedicación para alcanzar mi meta de mejorar la calidad de vida de Puerto Rico. Me alegra contar contigo en el Departamento de Educación.

Recibe un fuerte abrazo y el saludo afectuoso de Piti, Gabriela y Juan Carlos.

Cordialmente,
Aníbal Acevedo Vilá

(Nota: Cabe señalar que el señor Gobernador desconoce que no laboro para el Departamento de Educación de Puerto Rico. Esta carta es referente al poema "Demos un abrazo, no un balazo").

domingo, febrero 12, 2006

Amor

Amor es mirarte y desearte,

es hablar un minuto contigo.

Amor es de ti despedirse

pensando que al fin la suerte

habrá de reunirte conmigo…

para querernos hasta la muerte.

(Este poema fue escrito por mi señor
padre, Natividad de Jesús Maldonado
en la década de los años '70).

Demos un abrazo, no un balazo

Aquella noche en la que brillaba
fuertemente una estrella
anunciando la llegada del Rey de reyes,
subió un estruendo al cielo
haciendo que la misma se apagara.
Y cuando una pequeña criatura
salió al patio a ver que ocurría
bajó el estruendo
y cegó su aliento de vida.
Desde entonces, dos luceros,
no han vuelto a brillar
y las voces de esta islita,
con lágrimas de dolor,
se escucha que gritan:
Cambiemos las balas por abrazos,
Que ni un tiro suba al cielo
para luego bajar a tierra
a apagar inocentes vidas.
(29 Dic. 2005)

lunes, enero 16, 2006

El entierro de Peluca (cuento)

Nos mudamos a esta isla hace unos quince años, vivimos en uno de esos complejos de vivientas flotantes. Pues, la costa norte y sur han visto un crecimiento desenfrenado de complejos de viviendas en los últimos diez años. Para comienzo de la segunda década del milenio los gobiernos municipales dieron luz verde a las grandes empresas norteamericanas para la construcción de edificios flotantes en las costas del país. Se han costruido novecientos complejos vecinales con edificios que alcanzan hasta los veinte pisos de altura. Todos estos edificios están interconectados con grandes puentes colgantes para el fácil acceso a los mismos. Las grandes empresas han tomado la iniciativa de pintar de azul los mismos para hacerlos parte de la vista costera. Ya la isla ha dejado de medir 100 X 35 para convertirse en un cuadrado perfecto de 100 X 100. Cabe mencionar que se dice que de Venezuela a Playa Jauca es un paso y que con grandes zancos no te mojas ni los pies, en referencia a la corta distancia que existe entre la isla y el país vecino. Nuestra odisea comenzó con la muerte de Peluca, un perro sato que habíamos adoptado a nuestra llegada a la isla y que ha vivido con nosotros en el apartamento. Ningún miembro de la familia ha bajado del apartamento en los últimos doce años ya que hacemos todo por internet y los niños reciben educación a distancia. Las compras necesarias se realizan por computadora y entregadas al hogar. Papí trabaja desde la comodidad de su habitación por lo que ha ganado unas cuantas libras en sobrepeso en los últimos años. Todos en la familia han perdido su característico color moreno, por una tez de tono limoso debido al exceso en tiempo en el aire acondicionado.

La Chichi, la menor de los Vadell, con la muerte de la mascota, se negó a que fuera cremado como se ha vuelto costumbre en la isla debido a la escases de cementerios. Le pidió a papí que el animal fuese enterrado bajo tierra y no hubo manera alguna de hacerla cambiar de idea. Así que, se introdujo al animal en una bolsa negra de plástico y la familia salió en búsqueda de un lugar en donde enterrar al pobre perro. Costumbre pensada un poco arcaica en estos días de tanta tecnología. Así que papí tomó el mapa de la isla (1998) para dirigirse al cementerio municipal, pero para su sorpresa estaba en su lugar un Mall lleno de autos y miles de gentes comprando. Gastandose lo que no tienen, pero que sí pueden gastarselo gracias a un plástico con valor monetario. Poniendo en riesgo así la económia familiar y, en ocasiones, poniendose en ley de quiebra absoluta con el único pretesto de salvaguardar los pocos centavos que les queda para una muerte digna. En la isla es costumbre poner en los obituarios el nombre del muerto con la alta suma de dinero que les deja a sus familias para aparentar un estatus social que quizas ninguno de ellos posea. Es curioso ver como personas que tienen ropas gastadas por el tiempo y apenas dinero para comer en el momento de la muerte de un familiar públican obituarios con cantidadas cuantiosas de dinero heredado.

No tuvimos otro remedio que dirigirnos a la casa alcaldía municipal para orientarnos sobre qué hacer con nuestra carga mortuoria. Allí nos atendió un olograma de una recepcionista que nos dijo en menos de una fracción de minuto todos los Departamentos Gubernamentales habidos en el edificio. “Les comunico con la operadora, un momento por favor”. Treita minutos más tarde salió una mujer regordeta, todo lo contrario al olograma de la mujer delgada y cortez que nos ofreció la “orientación” inicial. La regordeta preguntó: “¿Qué desean?” Papí fue directo a la historia y la mujer solo dijo: “¿De qué color son ustedes?” Ofendido papí le dejó saber a la mujer su indignación por aquella pregunta innecesaria. “No se ofenda señor, le pregunto para saber a cuál cementerio enviarlo. Si pertenece al partido azul deberá ir a la costa norte, si pertenece al partido verde deberá ir a la costa oeste y si pertenece al partido rojo deberá ir a la costa este de la isla”. Papí, desesperado le preguntó a la regordeta que a qué color pertenecia élla. “Al partido amarillo, señor”. “Yo también”. “Pues entonces deberá cremar su difunto, señor, debido a la escases de cementerios los amarillos nos hemos quedado sin terrenos donde enterrar nuestro muertos y es por ello que los cremamos. Algo más en que los pueda ayudar. ¿No?, gracias por su visita y vuelva pronto”. La señora salió del lugar sin dar vuelta atrás.

En la isla la descortecia y el descaro gubernamental se han hecho evidente en los últimos años. Las elecciones, debido a cambios constitucionales, se efectúan cada diez años y existen unos doce partidos inscritos en cada comicios. Es más ventajoso económicamente ser político en la isla que convertirse en servidor público. El fanatismo ha llegado a tales niveles que es preciso andar con un carnet que te identifique con el partido al que perteneces, de esta manera el servicio se hace más eficaz y los procesos de burocracia se acortan por el solo hecho de tener un voto seguro en los próximos comicios. Esta realidad ha cambiado poco en los útimos treinta años.

Así que seguimos nuestro camino con el animal muerto a nuestras costillas. Montados nuevamente en el auto nos encaminamos de regreso al hogar. Una idea se le ocurrió papí, por qué no lanzar el cádaver al fondo del mar. Así que fue y lo lanzó, pero el muy maldito can volvió flotando hasta la orilla del puente ocho. Era preciso sacarlo de la bolsa plástica para que no flotara, pero la niña se negó, pues al pobre animal le daría frío en su camino al más allá y mucho menos podía llegar mojado, pues San Pedro pensaría que habían sido malos dueños. Así que, volvimos a montar al animal en el auto, lo llevamos nuevamente al apartamento y descansa en paz, desde entonces, en el refrigerador de la casa. Así, cada vez que alguien extraña a Peluca, vamos y lo vemos en su última morada. Ya papí se está preparando para la muerte de la abuela que se encuentra muy enferma y ha puesto en Lay Away una nevera industrial con el propósito de convertirla en el mausoleo familiar. De algo estoy seguro y es que nacemos para morir, esa es la ley de la vida. Y las costumbres y tradiciones puertorriqueñas cambiarán mucho. En especial aquellas que tienen que ver con rituales mortuorios de seres queridos, y la escases de neveras será evidente cada día más. (2005).

La pequeña estrella

Al subir la mirada allí estaba élla alumbrandola, en medio del cielo, y la florecilla amarilla continuo creciendo para alcanzarla.

29 de diciembre de 2005