Soy vientre que te da vida,
semilla crujiente
que agoniza,
que muere, que grita.
Soy ese rojo vibrante,
mujer activa,
río penetrante.
soy madre y soy diva.
Sin embargo, me embriagas.
me seduces, me maltratas.
Me usas y desusas,
me quiebras hasta dejar mi alma
y mi suspiro en grietas,
cual viejo papiro.
Tiemblo, sí, tiemblo
y te enojas conmigo.
No entiendes nada,
lo se, por eso te grito
con fuerzas, con penas.
Tengo el derecho a reclamar
lo que es mío.
(Dedicado a la obra del mismo título de la artista plástica ponceña Nilda Rosario)
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