Se ha despertado en el
hombre esa conciencia
que lo hace libre.
Esa conciencia que lo
hace volar y respirar,
esa molécula que le
revive el pensamiento.
¡Sí, eso que lo revive!
Se estira como rama
de árbol deseosa de
alcanzar el cielo,
De sentirse protegida,
de sentirse vanagloriada.
Y sólo le pido a Dios
una esperanza: que
entienda el hombre
que apenas somos
una partícula de un
Macrocosmos.
(Dedicado a la obra del mismo título del pintor ponceño Julio Lugo)
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