Que soy tu puta, dices,
y entre tus amigos,
vas regalando mi ser.
Me robas, me violas
y me escupes a la cara
cual objeto sin piel.
Te jactas de hombre,
de líder honorable
y no eres más que un mandril
sin sesos y sin pies.
En lo oscuro eres macho,
con tus bestias macharranes,
que creen a todos tomar de
pendejos, una y otra vez.
Y me abusas,
y me usas,
cual puta cualquiera
de un cabaret.
Y enjuagas tus pecados
en tribuna religiosa,
en propaganda mediática,
sermones sin fe.
Pero soy Patria que se levanta
salvaje y rabiosa.
Encendida en llamas de coraje
y valor.
Soy Patria de sangre.
Soy patria de fuego.
Hecha de dolor y aliento.
Soy Patria que grita.
Soy Patria ardiente.
Soy Patria encendida
en coraje y valor.
Soy Patria de todos.
Soy ave y soy toro.
Soy Yunque y soy mar.
Soy espuma que mueve,
de adentro, del vientre,
la lucha sin par.
Se acabaron tus cuervos,
sedientos de los mios,
hijos de tierra,
de monte y de rios.
Mis hijos y muertos
se levantan en grito,
no soy ya tu puta,
y nunca lo he sido.
Soy Patria salvaje y rabiosa.
Encendida en llamas de coraje
y valor.
Soy Patria de sangre.
Soy patria de fuego.
Hecha de dolor y aliento.
Soy Patria que grita.
Soy Patria ardiente.
Soy Patria encendida
en coraje y valor.
Soy Patria de todos.
Soy ave y soy toro.
Soy Yunque y soy mar.
Soy Borikén: la madre,
la hija, la blanca y la negra,
Soy india y mulata,
nacidas del mar.
Soy niño y soy hombre.
Soy libre.
Soy Patria.
Soy día y soy noche.
Soy hija del cielo
y del cañaveral.
Pero sobre todo:
Soy Borikén, la hija del mar.
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